POR SEGUNDA VEZ EN MENOS DE UN AÑO, UNA MULTITUDINARIA MANIFESTACIÓN EN DEFENSA DE LA INVISIBLE RECORRE EL CENTRO DE MÁLAGA

07/04/2022. Esta mañana ha tenido lugar una nueva manifestación multitudinaria en defensa de la Casa Invisible y en contra la propuesta del desalojo por parte del Ayuntamiento de Málaga.

En una nueva muestra de la presencia y apoyo ciudadano que durante estos últimos 15 años se ha granjeado, la Casa Invisible ha vuelto a salir en manifestación por las calles del centro de Málaga para oponerse a su desalojo. Lo ha hecho acompañada de numerosos colectivos y movimientos sociales de la ciudad, en un ambiente festivo repleto de música, danza, circo, teatro y marionetas.

Frente a la vía judicial abierta por el Ayuntamiento de Málaga, desde la Casa Invisible seguiremos apostando por el diálogo, y porque se retorne a los compromisos acordados en 2018. Del mismo modo, las asistentes a la manifestación han reivindicado otro modelo de ciudad, apostando por la cultura local y el cuidado de sus propias habitantes frente al monocultivo turístico y la gentrificación urbana.

La manifestación de hoy, sin embargo, no sólo ha ha sido una jornada de reivindicación, sino también un acto creativo, como ha podido comprobarse a lo largo del recorrido, jalonado de muestras y acciones culturales de los colectivos que forman parte de la Casa Invisible, así como también mediante la nutrida representación de la escena artística local. De esta manera, se ha querido sacar a la calle por un día una parte de la intensa producción cultural del día a día que se desarrolla en la Casa Invisible.

MANIFIESTO

La vida no se vende, la vida no se expone, la vida no se alquila, ni se desahucia, la vida no se convierte en otra atracción más para la trituradora turística. La vida ni siquiera se puede gobernar, porque la vida es también el deseo de tantas y tantos. ¿Cuánto valen nuestros deseos, nuestra vida? ¿De verdad vamos a permitir que la sigan tasando en función del turismo, de la gentrificación, de la destrucción de nuestro patrimonio, de nuestro medioambiente? Porque eso es lo que pretenden: poner a Málaga en un escaparate para que el mejor postor puje por nuestras propias vidas. La vida nos pertenece, es lo último que nos pertenece. Y por eso, precisamente por eso, nos la quieren arrebatar.
Empezaron por el centro. Primero saquearon su singularidad, su historia, sus plazas y lugares de encuentro, sus casas. Luego, para despojarlo de la vida, fueron a por su gente.

Después llegaron los barrios, claro, esos barrios donde la vida no era la mejor para exhibir en el catálogo de un crucero. La vida de El Perchel, la vida de Santa Julia. La vida que habitaba demasiado cerca del centro, del escaparate. ¡Qué insolencia esa vida, esa vida que incluso se atreve a exigir un bosque urbano!

Queremos habitar Málaga. Y habitar Málaga, para quienes la amamos, significa sentirla como nuestra propia casa, el lugar al que aspiramos a la felicidad, el lugar en el que nos sabemos parte de una comunidad.

La Casa Invisible resiste como uno de esos espacios que, pese a los esfuerzos de los mercaderes, aún es posible habitar. Aquí, en pleno centro histórico. Y algunos no pueden con eso, no pueden soportar que desde hace quince años haya vida, encuentro, cooperación, haya amor y alegría donde ellos solo proyectaban cartón piedra. No pueden soportar que haya personas, habitantes, donde solo proyectaban consumidores y espectáculo. Esa es la verdadera razón por la que el Ayuntamiento ha solicitado autorización judicial para desalojar La Casa Invisible.

Sin legitimidad social, cargado de mentiras, incumpliendo todos los acuerdos firmados, al Ayuntamiento solo le queda la vía de la fuerza. Pero se equivoca. La vida siempre prevalecerá. No es tarde para evitar que su modelo contra las personas no termine de imponerse en Málaga.

La Invisible forma parte de esa vida, esa vida que no se vende, que no se puede subastar, esa vida que no cabe en los museos. La Casa Invisible forma parte de esa vida y algunos no lo conciben porque para ellos la vida solo vale la pena cuando figura en el precio de una entrada. Quieren que Málaga, que nuestras vidas, se conviertan en un atracción más. Quieren que la ciudad se pueda visitar, pero a costa de volverla invivible. Por eso, esta manifestación va más allá de frenar el desalojo. Va, sobre todo, de habitar nuestras ciudades. Y aún estamos tiempo.

Este desalojo lo vamos a parar.