8M - Manifiesto del Movimiento Feminista Autónomo de Málaga

manifiesto del 8 autonomia

MANIFIESTO 8M 2021
MOVIMIENTO FEMINISTA AUTÓNOMO DE MÁLAGA
“¿Cuál es tu huelga?”. La pregunta que desde 2018 resuena a nivel global y en diálogo con las compañeras de diferentes territorios está más viva que nunca.
Entretejiendo respuestas, experiencias colectivas y diferentes formas de resistencia, desbordamos todo significado tradicional de huelga y multiplicamos las formas de impugnar las múltiples violencias que se imprimen sobre los cuerpos y las vidas de las mujeres, bolleras, trans, cis, migrantes, racializadas, diversas.
Este año nos vemos de nuevo ante la misma pregunta, que sin embargo en el contexto del COVID19 nos fuerza a pensar más allá de los diferentes ámbitos (laboral, estudiantil, cuidados, consumo).
La urgencia de la vida ante la pandemia no sólo hace replantearnos las formas de manifestarnos en el espacio público: nos hace conscientes de que el feminismo sigue siendo más necesario que nunca.
Cuando el capitalismo tambalea ante una crisis sanitaria (de las fuerzas productivas y reproductivas de su propio engranaje), la alianza con el patriarcado se hace más fuerte que nunca y recae, como siempre, sobre los cuerpos feminizados, precarizados, racializados y en resistencia.
Por ello, las compañeras del movimiento feminista autónomo de Málaga, en composición sorora y multitudinaria, seguiremos denunciando, señalando y resistiendo ante las formas de violencia que este año se han multiplicado e intensificado, tanto en nuestro territorio como de forma global:
El número de víctimas por violencia machista no ha dejado de incrementarse. Seguimos sin contar con recursos en nuestra salud pública, cuyo precio lo hemos pagado tanto las enfermas como el personal sanitario, en su mayoría feminizado.
Seguimos siendo criminalizadas por la extrema derecha por manifestarnos libremente contra el recorte de derechos sexuales y reproductivos.
La responsabilidad del cuidado de lxs enfermxs sigue siendo asumida por las mujeres, que se han visto en mayor medida expuestas al virus debido al trabajo reproductivo que desempeñan (no reconocido/no remunerado/extremadamente precario).
A pesar de la pandemia, los desahucios no han parado en nuestra ciudad, en la cual prevalece el derecho a la explotación turística sobre el derecho a la vivienda.
El expolio y destruccion del medio ambiente y los recursos naturales no cesa, comprometiendo seriamente la vida y la supervivencia, algo que venimos denunciando hace años como un paralelo indisociable de la lucha feminista.
Seguimos viviendo o siendo testigas de la explotación laboral, psicológica, emocional, institucional y sexual a la que son sometidas las mujeres migrantes y racializadas en los campos y asentamientos chabolistas, en el trabajo interno de cuidados y del hogar y en otros tantos ámbitos sociales y laborales, donde el orden colonial y la estructura racista las margina y excluye de cualquier espacio, ahogándolas en suelos pegajosos.
Se nos hace ineludible como movimiento antirracista exigir la regularización de todas las personas en situación administrativa irregular, la abolición de la ley de extranjería, el cese de las detenciones por perfil racial, el cierre de todos y cada uno de los CIEs y CATEs, así como centros similares, y la puesta en marcha de una ley integral contra el racismo.
En este ambiente de extremas y sutiles violencias económicas, sociales y políticas estamos asistiendo, además, a una interesada captura de los discursos feministas.
La rica diversidad al interno de los movimientos feministas se está viendo totalizada por determinadas voces, para un uso pernicioso y particular, en un debate encarnizado que no reconocemos como propio.
La oposición entre “el feminismo” y “lo LGTBIQ+” es una narrativa perversa y falaz, alentada por los medios de comunicación que buscan carnaza y morbosidad. Como feministas autónomas, que nos activamos y encontramos al margen de partidos, sindicatos y demás organizaciones institucionales, no nos reconocemos en los debates tránsfóbicos, polarizados y agresivos de una parte del feminismo que, interesadamente,
está teniendo un altavoz que invisibiliza otras voces que apostamos por construir desde la diversidad y la sororidad entre todes.
Nos posicionamos radicalmente en contra de las violencias ejercidas sobre las compañeras trans. Ya hace tiempo que nos dimos cuenta de que ningún Estado, ningún partido ni ninguna ley (y mucho menos en un sistema capitalista) va a librarnos de las violencias ni a transformar las profundas raíces patriarcales sobre las que se sostiene la práctica totalidad de sociedades en las que habitamos. Pero siempre apoyaremos
y lucharemos por leyes que en el camino mejoren y nos faciliten la vida, la autonomía y la libre manifestación de género en oposición a la violenta subjetivación sexual binaria hombre-mujer contra la que tanto hemos luchado las feministas.
Sugerir que ello supondría un “borrado de las mujeres” nos parecen fantasías reaccionarias limitantes de lo que significa nacer/ser/hacerse mujer y de toda la potencia feminista para reencantar el mundo.
Este año se ha hablado mucho de parar. Pero los cuidados no han parado en ningún momento. Al contrario, se han intensificado. El consumo no ha parado. El sistema, en definitiva, no ha parado, sólo se estaba reajustando. Hace años que venimos gritando: si nosotras paramos, se para el mundo. No podría ser más cierto. Por eso, este #8M volvemos a reivindicar el concepto heterodoxo de la huelga feminista.
La huelga como encuentro, como proceso y como politización feminista. Aunque la huelga laboral es una realidad convocada en Andalucía para el día 8 de marzo de 2021, en momentos tan difíciles, donde la precariedad es lo que nos atraviesa permanentemente, cada una sabemos cómo y para qué hacemos huelga.

Huelga como forma de resistir las imposiciones patriarcales a las que vivimos sujetas.
Huelga como deserción de las formas de vida hegemónicas impuestas, sumisas, solitarias.
Este 8M no necesitamos una imagen multitudinaria. Seguimos siendo multitud:
diversa, (des)organizada, acompañada, alegre, afectiva.
Este 8M, hermana, ¿cuál es tu huelga?