El alcalde incumple nuevamente sus acuerdos y amenaza con desalojar La Invisible

El Alcalde podría haber actuado de manera consecuente con sus propios actos y acuerdos con La Invisible y haber utilizado su voto de calidad para rechazar la moción de Cs. Lamentablemente vuelve a incumplir y permite con su voto la aprobación del desalojo de La Invisible. Todavía, como en todas ocasiones anteriores, está a tiempo de frenar este despropósito.

El grupo municipal Ciudadanos ha presentado al pleno de este viernes una moción en la que pide el desalojo de la Casa Invisible. Esto denota una sorprendente ignorancia sobre la situación actual del proceso de negociación con el gobierno de la ciudad, de la trayectoria del proyecto y del propio inmueble. No es de extrañar. Pero lo más grave es que el Alcalde, incumpliendo todos sus compromisos, ha tenido que recurrir al voto de calidad para salvar in extremis la moción de urgencia de su Concejala de Cultura.

En agosto de 2018 el propio alcalde hizo pública la paralización de cualquier procedimiento de desalojo, al tiempo que anunciaba los acuerdos alcanzados con La Casa Invisible para la cesión de uso del inmueble. No obstante, como es costumbre, desde entonces hasta ahora Francisco de la Torre ha rehuido toda reunión. Cada vez que La Invisible cumple con todos y cada uno de los acuerdos comprometidos y, por tanto, se tiene que materializar la cesión de uso, De la Torre se escabulle. Y ahora ha dado un paso más, se niega a sí mismo.

De hecho, con arreglo a esos compromisos, La Casa Invisible presentó un recurso al que se adjuntaron, siguiendo instrucciones del propio alcalde, informes de varias instituciones de prestigio, como el Museo Reina Sofía, el MACBA de Barcelona, Medialab Prado de Madrid y otras. Incluso se añadió otro informe de un buen conocido del alcalde, Santiago Eraso, artífice de la capitalidad cultural europea Donostia-San Sebastián 2016, conseguida desde planteamientos muy próximos a los de la Casa Invisible. Como bien sabe De la Torre y su equipo de gobierno, quedó de sobra acreditada la solvencia y consistencia de este proyecto cultural y social para la ciudad de Málaga. Sin embargo, el nuevo Concejal de Urbanismo vuelve a situar a la Invisible en la situación del año 2011, olvidando el cumplimiento de todos los requisitos exigidos por el Ayuntamiento para culminar el procedimiento de concesión del inmueble a la Fundación de Los Comunes.

UNA CESIÓN RETRASADA DESDE 2011

La Casa Invisible abrió sus puertas en 2007, y ya en 2011 firmó con el Ayuntamiento un Convenio de Intenciones que estipulaba la cesión temporal del inmueble de calle Nosquera, un mecanismo habitual en nuestra ciudad. La Invisible cumplió todos los puntos del convenio, de manera que en 2012 se inició el expediente de adjudicación del inmueble, pero, inaugurando la tradición, el alcalde desapareció de las negociaciones. Desde 2012 la situación de La Invisible cambió a «cesión en precario», tal y como consta en informes de los servicios jurídicos municipales.

Las negociaciones se reanudan en 2015, y al año siguiente la Casa Invisible ya había cumplido con los nuevos compromisos: entrega un exhaustivo dossier con la referencia documentada de más de 1.500 actividades desde 2007, por lo que la Fundación de los Comunes, que impulsa el proyecto, fue declarada Entidad de Utilidad Pública Municipal. Al contrario de lo que ocurre con otros solares y edificios municipales, y es política consolidada de este gobierno municipal, La Invisible no solicita la cesión por 75 años, lo que, en realidad, supone la privatización encubierta en beneficio unos pocos de un bien común. La Invisible solicita una cesión de uso de 10 años prorrogables si se mantienen las condiciones que motivaron el acuerdo, y siempre desde una gestión participativa y abierta de numerosos colectivos y asociaciones.

Para poder obtener la cesión del inmueble, en el mismo año de 2016, se presentó a petición del propio Ayuntamiento un Proyecto Básico de Rehabilitación que mereció los elogios de los responsables técnicos de la Gerencia de Urbanismo por su contenido, precisión, calidad y singularidad. De hecho, fue seleccionado por el Ministerio de Cultura por su interés y conexión con la ciudadanía, la sostenibilidad y la sensibilidad con el tejido urbano existente.

En julio de 2021 tuvo lugar la última inspección del edificio por parte de la Gerencia de Urbanismo, que no consideró necesario dictar ninguna medida cautelar, puesto que el edificio se encuentra en condiciones perfectamente seguras de estabilidad estructural, sin embargo, ahora los Concejales de Urbanismo y Cultura amenazan con la existencia de informes técnicos que justifican el desalojo, como si los estuvieran confeccionando expresamente para justificar el desalojo, después de la moción.

Las actividades de libre concurrencia se siguen realizando en el patio, acondicionado gracias a una microfinanciación colectiva. Además, desde hace años venimos demandando una coordinación efectiva con la Gerencia de Urbanismo para ejecutar el acondicionamiento del resto del edificio, a lo que se ha recibido la callada por respuesta, un silencio culpable para nuevamente presionar con las condiciones del uso del inmueble y tratar de desviar la atención diciendo que quieren garantizar la seguridad. Impiden la rehabilitación para justificar el desalojo, no cabe mayor engaño y desprecio al esfuerzo ciudadano en la conservación respetuosa con el patrimonio histórico de la ciudad.

De acuerdo a nuestro elogiado Proyecto Básico de Rehabilitación, la rehabilitación integral del inmueble debe pasar por varias fases, que ningún caso comportan el desalojo temporal. Igualmente, para la conservación y cuidado del edificio se han realizado distintas campañas de microfinanciación en la que han participado cientos de malagueñas, la última y exitosa de este mismo verano. No en vano, ya suma más de 100.000 euros el dinero invertido en la conservación del edificio de manera colectiva y sin participación alguna de las arcas públicas, a pesar de la titularidad municipal.

Nuestra buena voluntad ya ha quedado demostrada. Ahora le toca al Gobierno municipal cumplir con su parte, oír a una mayoría social que demanda otro modo de gestionar lo que es común, que ejerce así el derecho a la ciudad. Mientras tanto seguimos manteniendo y cuidando el edificio con el mismo entusiasmo y cariño del primer día. Cada vez aumenta su nutrida comunidad, como hemos comprobado en esta pandemia, gracias a las redes de solidaridad que ha acogido la propia Invisible. Muy lejos de la cultura-escaparate habitual, entendemos la cultura como una actividad permanente de creación y producción colectiva desde la cooperación, indisociable del devenir social, y siempre abierta a la ciudadanía.

Esta maniobra de distracción que ha intentado Ciudadanos es también un chantaje más al Partido Popular, que depende de su apoyo para seguir gobernando, y por eso la ha aprobado. Nada de ello ocultará la realidad, como tampoco que seguimos tendiendo la mano al equipo de gobierno, al que, no obstante, le aseguramos que, una vez más, tendrá enfrente a miles de ciudadanas si de nuevo intenta incumplir los acuerdos y forzar un desalojo. Bien sabe De la Torre que nosotras sí cumplimos con lo que prometemos.